Los principios de Reggio Emilia
¿Cuáles son los principios reggianos?
En síntesis, las Escuelas Reggio Emilia funcionan sobre los siguientes principios:
1. Importancia de las relaciones humanas: El punto está en que el sentido social (en términos de comunidad y cooperación).
2. La teoría de los "Cien lenguajes de los niños": Los adultos reconocemos inmediatamente el lenguaje verbal como medio de comunicación principal. Quizá, algunos otros puedan pensar en el lenguaje gestual como otro medio habitual. Pero… ¿de cuántas maneras puede expresarse un niño?.
3. La práctica de la escucha: el adulto “baja de su torre” no como “el rey que quiere escuchar al pueblo” sino como quien quiere aprender de otros.
4. La valoración de la diversidad y de la complejidad: Aquí la frase “cada persona es un mundo” pasa a la práctica porque se comprende que la concepción homogeneizadora de la enseñanza no cabe en la realidad porque ella es heterogénea. Entonces, la cercanía a un mundo real debe aceptar la diversidad y la complejidad de la interacción de las diferencias.
5. La participación de las familias y la sociedad: La labor educativa no es simplemente labor de los educadores formales ni acaba con los horarios de clase. Los padres de familia y demás miembros de la sociedad deben participar y asumir un rol que les corresponde por derecho y deber.
6. La escuela colaborativa y comunitaria: Resalta la visión comunitaria de las escuelas Reggio Emilia.
7. La formación de los educadores: Los educadores son seres conscientes de su rol en el desarrollo humano de los niños. Por eso se habla de “formación” y no simplemente de “capacitación”.
8. Talleres y del atelierista: El arte es un aspecto muy importante en las Escuelas Reggio Emilia aunque no se trata de sólo una educación artística. Por ello, el taller y el atelierista son elementos vitales para asegurar la atención al arte, a la investigación visual y a la estética.
9. La documentación del desarrollo del niño: Lo común en los sistemas evaluativos es el registro de un número o letra que designa a los aprobados y desaprobados sin ser conscientes de la historia del niño. Y es que un niño con habilidades verbales pero no matemáticas probablemente no tenga los mismos resultados en términos cuantitativos; sin embargo, el progreso que haya desarrollado desde su punto de inicio puede ser mucho más importante y significativo que el de otros. Es decir, es probable que ese niño aprendiera y se desarrollara más que otros para quienes siempre les fue sencilla la materia. He ahí un ejemplo en materias tradicionales, pero el registro de ese progreso en forma cualitativa es aplicable a cualquier aspecto cognitivos, emocional o físico. El fin es la comprensión del niño y no la traducción trunca de lo cualitativo en una nota.
10. El redescubrimiento de la creatividad: La creatividad es concebida como un rasgo inmanente de cualquier persona; ya que no es una cuestión meramente artística o “inspiracional”, sino una facultad desarrollable y de aplicación genérica. Sea un ejemplo no artístico, al resolver un problema o un ejercicio de matemáticas lo típico es que se aluda a una vía de solución que al final todos tendrán en sus cuadernos. Sin embargo, incluso para las ciencias exactas, existe más de una solución posible. A la persona que se le ocurrió esa forma diferente de resolver el problema, lo llamamos “ingenioso”, pero en realidad lo que ha hecho es manifestar su creatividad.
11. La calidad del espacio y el ambiente: Lo más común es que al hablar del ambiente del aula se crea que se trata de la decoración del lugar para que el alumno se sienta cómodo y dispuesto al aprendizaje. En este caso, se trata de algo más: amueblar, distribuir, utilizar elementos que faciliten el aprendizaje no sólo porque se “siente bien”, sino porque encuentra útiles los objetos que se encuentran en su salón. Algunas otras corrientes utilizan un concepto semejante al idear los “rincones” de lectura, matemática, juego, etc.